Con una vista de 180° sobre Caracas este jardín fue todo un reto, ya que todas las áreas propuestas estaban sobre placas de concreto a distintos niveles con poca profundidad para sembrar y existía una gran diversidad de usos en cada una de las áreas a intervenir.
El cliente nos plantea como concepto un jardín tropical y selvático, por lo que seleccionamos una colección de plantas de grandes hojas, de diferentes tonalidades verdes y variedad de palmas, además de altas gramíneas para envolver y definir los espacios. Se deja libre la gran vista sobre el Cerro Ávila pero se acompaña con una planta arbustiva de porte bajo muy florida, la Ruelia, la cual es una especie que florece todo el año y requiere de muy poco mantenimiento. Los pequeños árboles frutales como la Guayabita y la Granada, así como el Úcaro, resultaron ser los hitos dentro de la propuesta. También se sembraron aromáticas como la Lavanda y el Romero semejando un paisaje silvestre.